Si aún no sabes de qué estamos hablando, se trata de un tipo de elaboración del café de tipo italiano. Para su preparación se aconseja la mezcla de las variedades de cafés arábica o blends con poco robusta.
Entre otras particularidades, la taza con la que se debe servir el café espresso debe mantenerse a cierta temperatura, para evitar que el café se enfríe o se requeme al entrar en contacto con las paredes frías de la taza.
Veamos cuáles son los diferentes tipos de café espresso. ¿Conoces alguno de los siguientes?
El agua caliente pasa a alta presión a través del café molido y prensado y entre la presión y el CO2, arrastra las materias solubles, dando un café de primera extracción, con carácter y con una emulsión que forma una crema (formación de microburbujas) densa y persistente.
Es una extracción de entre 25 y 35 ml que se da en unos 25 segundos.
Un espresso cortado con nata batida en lugar de espuma de leche. Adictivo, el café perfecto para los más golosos.
Se sirve con una corteza de limón.
Este tipo de espresso contiene la chispa del café para darte toda la energía que necesitas. Un espresso doble preparado en el cacillo o filtro doble, pero todo en la misma taza. Con el doble de café y de cafeína. ¡A tope!
Un espresso normal al que se le agrega, como máximo, una tercera parte de leche caliente espumosa. Lo que conocemos aquí como un “cortado”.
Un café espresso alargado, con un toque más suave al añadirle 100 ml de agua caliente.
Fuerte, pequeño y concentrado. Este tipo de café espresso contiene la misma cantidad que uno normal, pero más concentrado. Se sirve en taza de espresso reducido a unos 15 o 20 ml aproximadamente.
Este tipo de café espresso suele tomarse con el desayuno en el norte de Italia y se sirve con una gotas de licor, brandy, grappa o aguardiente. En España lo conocemos como carajillo, aunque aquí la bebida que combinamos suele ser diferente, usualmente coñac.
Fuente: Baque